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martes, 20 de enero de 2009

Deporte y drama, final de fiesta amargo en la XX Mitja Marató villa de Santa Pola

CRÓNICA DE: JOSÉ ALBERTO ÁLVAREZ.

La XX edición de la Mitja Marató Internacional Vila de Santa Pola se tiñó de luto y tragedia por la muerte del atleta popular Guillermo Miranda que entre el kilómetro 18 y 19 de la prueba cayó de forma fulminante sobre el asfalto como consecuencia de infarto de miocardio.
Este corredor, de 56 años, era director de la prisión de Sangonera y su muerte causó una gran conmoción en tierras murcianas y en la organización de la prueba que ve como, después de 20 años, se producía el primer fallecimiento de un participante.
Guillermo Miranda fue atendido, en un primer momento, por los servicios de la Cruz Roja y el Samur.
Posteriormente fue trasladado hasta el Centro de Salud de la localidad donde ya llegó con una parada cardiaca y los médicos, tras intentar su reanimación, no pudieron hacer nada.
El presidente del Club Atletismo Santa Pola, Roque Alemañ, estaba muy afectado por la tragedia que deslucía una mañana en la que la prueba santapolera volvió a demostrar que es uno de los medios maratones más importante de España.
"Ha sido una desgracia y estamos bastante afectados.
Parece ser que era reincidente y que había sufrido dos o tres infartos con anterioridad.
He tenido la oportunidad de hablar con su mujer y me ha comentado que el año pasado ya vinieron a correr a Santa Pola y se lo pasaron muy bien.
En esta ocasión habían venido con otras dos parejas más y, lamentablemente, ha ocurrido algo que nadie esperábamos.
Ha sido una desgracia para todos".

Sin récord.
En el aspecto puramente deportivo, el triunfo absoluto fue para Thomas Kipkosgei que cruzó la línea de meta con un tiempo una hora, tres minutos y 34 segundos.
El atleta keniata no pudo rebajar el récord del circuito en poder de Silas Sang, que el año pasado empleó un tiempo de una hora, un minuto y 53 segundos. A pesar de que Santa Pola amaneció con una mañana soleada, el viento dificultó el objetivo de Kipkosgei de batir el récord de la prueba.
Desde el pistoletazo de salida, el corredor keniata estuvo acompañado por dos "liebres" como fueron Abderahman Chmati y Abdelaziz Dahhaoui que aguantaron hasta el kilómetro ocho cuando la carrera pasó por la avenida Santiago Bernabéu.
A partir de ese momento, Kipkosgei se quedó sólo en cabeza y fue en tiempo de récord hasta el kilómetro 18 en el que el esfuerzo le pasó factura y no pudo aguantar el ritmo, por lo que se tuvo que conformar con el premio de 600 euros como ganador absoluto de la prueba.
En segunda posición entró Cosmers Kemboi, que empleó un tiempo de una hora seis minutos y 21 segundo, y la tercera posición la ocupó Abdelaziz Dahhaoui, con un registro de una hora, seis minutos y 28 segundos.
En categoría femenina, la keniata Gladys Cherono no pudo estar finalmente en la línea de salida y la victoria correspondió a su compatriota Khadija Baghyay, que empleó un tiempo de una hora, 17 minutos y 58 segundos, quedando muy lejos del récord de la carrera en poder de María Abel, que posee marca de una hora, diez minutos y 52 segundos.
La segunda plaza fue para Cristina Loeda, con un registro de una hora, 24 minutos y cuatro segundos, mientras que la tercera posición la ocupó Raquel Miras, con un tiempo de una hora, 26 minutos y 25 segundos.
A pesar de la tragedia que tiño de luto la XX Mitja Marató Internacional de Santa Pola, la prueba de la localidad marinera tuvo una respuesta popular impresionante como es habitual cada año. Cerca de 5.300 corredores participantes estuvieron presente en la carrera.
Los atletas destacan el calor que reciben del público que llena a rebosar todo el circuito y que estuvieron acompañados de nueve grupos musicales por los distintos lugares por donde transcurría la carrera.
La villa marinera se vuelca cada año con su Mitja Marató y prácticamente toda la población sale a la calle a animar a los corredores y los numerosos acompañantes que permitieron que Santa Pola estuviera ayer colapsada por más de 30.000 personas que llenaron todos los hoteles y los restaurantes de la localidad.
Desde primera hora de la mañana fueron llegando multitud de participantes que apuraron hasta el último momento para recoger su dorsal a pesar de que desde el sábado había puntos habilitados para ello.
En la zona de salida y de meta la música y el ambiente eran impresionantes y los acompañantes de los atletas empezaron a llenar todas las gradas a ambos lados de la avenida Pérez Ojeda.
La prueba marinera contó con la presencia de atletas procedentes de toda España y de diez países extranjeros que tienen señalado en su calendario el tercer domingo de enero como una cita ineludible en la que se mezcla el deporte y la fiesta, a pesar de la tragedia de este año.
Destacar también la gran labor que realizan los cerca de 400 voluntarios de la organización, Protección Civil, Policía Local, Guardia Civil y Cruz Roja, además del servicio de masaje de los estudiantes de fisioterapia de la Universidad Católica de Murcia (UCAM), que ayudaron a los corredores al final del prueba, y de los miembros del Moto Club Santa Pola que pusieron quince vehículos a disposición de los medios de comunicación que hicieron un seguimiento exhaustivo de la carrera.
En la categoría local, la corredora santapolera María Teresa Maciá sí que consiguió batir el récord de la prueba que ella misma tenía. En esta ocasión paró el reloj en una hora, 23 minutos y 16 segundos, rebajando su anterior marca en un minuto y 36 segundos. Maciá fue la segunda mujer en cruzar la línea de meta.
En cuanto a los hombres locales, el ganador fue Luis Miñarro Ayala con un tiempo de una hora, 18 minutos y 12 segundos, quedándose muy lejos del récord de José Miguel Rabasco con una marca de una hora, nueve minutos y 35 segundos.
Más de un centenar de corredores y corredoras santapoleras participaron en su popular prueba, lo que demuestras que el atletismo y, especialmente, los medios maratones, están en auge en la villa.

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